Una gran novela que no deberían dejar de leer quienes quieran entender mejor el terrorífico arranque del siglo XXI, un tiempo sin dioses, plagado de trepas y seres corruptos, en el que el capitalismo financiero, con la complicidad de los Gobiernos conservadores y la pasividad de los socialdemócratas, ha ido acabando con el Estado de bienestar» (Fernando Valls, El País).
La lucidez del aguafiestas se clava como astilla en la córnea del lector que busque amabilidades en la literatura. Esta lectura no es amable, sino imprescindible» (Marta Sanz, El Mercurio).
Una visión crítica, pesimista, muy corrosiva, pero también lúcida, de la condición humana, de los perversos mecanismos que rigen el funcionamiento de la sociedad, del hombre enfrentado al triunfo y al fracaso. Y esa visión inmisericorde de la familia,
Una gran novela que no deberían dejar de leer quienes quieran entender mejor el terrorífico arranque del siglo XXI, un tiempo sin dioses, plagado de trepas y seres corruptos, en el que el capitalismo financiero, con la complicidad de los Gobiernos conservadores y la pasividad de los socialdemócratas, ha ido acabando con el Estado de bienestar» (Fernando Valls, El País).
ResponderEliminarLa lucidez del aguafiestas se clava como astilla en la córnea del lector que busque amabilidades en la literatura. Esta lectura no es amable, sino imprescindible» (Marta Sanz, El Mercurio).
Una visión crítica, pesimista, muy corrosiva, pero también lúcida, de la condición humana, de los perversos mecanismos que rigen el funcionamiento de la sociedad, del hombre enfrentado al triunfo y al fracaso. Y esa visión inmisericorde de la familia,